Todos los años se realiza el Barcelona React, jornadas de reactivación económica. Son un espacio de encuentro de los sectores económicos de la ciudad, personas expertas y líderes locales, nacionales e internacionales, para reflexionar sobre los proyectos que la ciudad está desarrollando y sobre el futuro económico para la próxima década.

(Artículo escrito por Sebastian Dalla Ba)

A mediados del siglo pasado, las visiones futurísticas sobre la vida en las ciudades prometía una serie de avances tecnológicos que significan una revolución para la época. La carrera espacial que dividía al mundo para ver quien era la primera potencia en ganar la batalla por poner un pie en la Luna, propulsaba una corriente de invenciones inspiradas en un lugar alejado del planeta Tierra.

Series televisivas como “Los Supersónicos” o “Star Trek” auguraban un porvenir fuera de este planeta en dónde los seres humanos vivirían entre naves espaciales y viajes interestelares.

Sin embargo, el presente viene siendo bastante diferente a lo que nuestros antepasados esperaban, y para seguir decepcionándolos, el futuro cercano tampoco lo será.

El rol social de las ciudades

Las ciudades son actores clave para afrontar los retos de la sociedad: la emergencia climática, el desarrollo económico, la equidad, etc. De esta forma, Barcelona apuesta por una estrategia de futuro que combina el potencial de la innovación, la ciencia, la tecnología y la cultura con su capacidad de atracción de talento.

Es así que durante el coloquio se abordaron, desde diversas perspectivas, las principales áreas que las ciudades deben enfrentar, para impulsar el desarrollo económico y social que les permita cumplir los retos de la sociedad del siglo XXI.

La vivienda pública como factor de desarrollo económico y el capital social de las capitales europeas (y latinas)

El caso inglés sobre la creación y ampliación del parque público de vivienda fue presentado por Greg Clark, él es asesor internacional sobre ciudades: ha trabajado para más de 300 en todo el mundo. Además, es presidente de Connected Places Catapult (CPC), el acelerador de innovación del Reino Unido para ciudades, transporte y liderazgo local, y presidente del Comité de Ciudades para la Inversión Climática (3Ci), que reúne a líderes de ciudades e inversores urbanísticos para lograr una transición urbana justa. Es miembro de la Junta Directiva de Transport for London (TfL), asesor principal en New London Architecture (NLA) y profesor honorario de Innovación Urbana en la Universidad de Strathclyde.

Su ponencia comenzó de la siguiente manera: “La economía de mercado ha demostrado ser singularmente incompetente para entregar la oferta de vivienda que requiere el crecimiento de la población humana en las ciudades”.

Completándolo luego con algunos ejemplos europeos y asiáticos: «Cuando se observa las ciudades de todo el mundo que han logrado algo en el suministro de viviendas, se puede mencionar: Viena, Hamburgo, Singapur, Estocolmo. ¿Qué tienen todas ellas en común? El sector público ve la vivienda como un derecho humano, no como un activo para el comercio, y el sector público está participando financieramente en la provisión de vivienda en todos estos lugares».

Si hacemos memoria a corto plazo y volvemos al año 2020, la pandemia primero nos encerró en nuestros hogares, para luego llevarnos al aire libre, muchas actividades que se hacían en espacios cerrados, comenzaron a realizarse en lugares abiertos: «Debido a la pandemia, se consideraron nuevos usos de los espacios. Esta parte no utilizada de un parque podría transformarse en un café al aire libre, o convertir este edificio en un centro ciudadano, o activar este parque para uso nocturno».

Esto pudo ser posible debido a que, según palabras del especialista: “Las ciudades europeas tienen una clara ventaja que es el capital social. Es único en el mundo. Esto está por encima de cualquier otro grupo de ciudades en el mundo. No es común en EEUU. o en Asia o África. Aunque es para remarcar que Latinoamérica también tiene  este valor extraordinario, aunque está afectado, en parte, por la inseguridad y la delincuencia, ese es el problema”.

Finalmente, detalló como la capital inglesa comenzó a aprovechar de mejor manera manzanas y manzanas de espacio sin uso hasta el momento: «Londres comenzó a ver los activos disponibles para reorientar la ciudad bajo las nuevas demandas que venían debido a la pandemia y el crecimiento de la población. De esta manera, Transport for London (TfL), la autoridad de transporte original, parecía tener más de 3000 hectáreas de terreno en desuso, todo tipo de espacios: áreas ociosas alrededor de estaciones, rieles abandonados que no serían reactivados, playones de maniobra que ya no eran requeridos, antiguos galpones, entre otros. Así, desde este punto y en articulación con otras áreas del gobierno local y nacional, construimos alrededor de 50.0000 viviendas asequibles”.

Barcelona: le muestra al mundo cómo reinventar ciudades y espacios verdes en otros colores

Quién jugó de local durante la sesión fue María Buhigas, ella es arquitecta urbanista, y acumula más de 20 años de experiencia profesional en la prestación de servicios de asistencia técnica por el desarrollo urbano local. Participa en el apoyo a la toma de decisiones de los municipios en planificación urbana estratégica, tanto a nivel nacional como internacional, en servicios de asesoramiento para agencias de cooperación bilateral (Agencias del sistema de Naciones Unidas y el Banco Mundial) y para empresas del sector privado. En la actualidad, es directora de Proyectos Estratégicos en el Ayuntamiento de Mataró (municipio y ciudad costera de la provincia de Barcelona)  y co dirige la oficina del Ayuntamiento de la ciudad de Barcelona para la revisión del Plan General Metropolitano (2018-19 y 2020-actualidad), actividades que compagina con su despacho profesional (Urban Facts) y con la docencia en la UAB (Universidad Autónoma de Barcelona) como profesora asociada.

“Los seres humanos vamos, y estamos en las ciudades, porque son un espacio para oportunidades y para trabajar, para estar en comunidad, porque cuando estamos cerca y conectados creamos cosas increíbles. El Covid nos demostró nuestra capacidad de adaptación y resiliencia y cómo podemos cambiar las cosas rápidamente en función de las necesidades específicas que tengamos”, de esta manera la arquitecta continuó el debate iniciado en torno a cómo la crisis sanitaria cambiaba el espacio urbano, y siguió: “En pocas semanas este galpón abandonado pudo transformarse en un centro de testeos, u este hotel turístico en un alojamiento para pasajeros en cuarentena.”

La más grande transformación urbana que experimentó Barcelona fue antes de los Juegos Olímpicos de 1992, cuando no solo construyó estadios y complejos deportivos, sino también barrios enteros, autopistas, estaciones y líneas de metro, entre otras facilidades urbanas. Hasta ahora. En los últimos años, un modelo nacido en la ciudad de Gaudí se expande a paso firme a lo largo y ancho de la ciudad y se afianza para cruzar fronteras a otros destinos internacionales: la “superilla”.

Buhigas afirma que aquí “la población no está experimentado un fenómeno de crecimiento desbordado, sino un proceso de envejecimiento”: la gente vive más tiempo y tiene menos hijos, por ende las ciudades se tienen que volver “más humanas, aprovechando los espacios de otra manera más inteligente”.

La “superilla”, o modelo de supermanzanas, es un conjunto de manzanas que se destinan a dar prioridad al peatón, a los vehículos no motorizados y a los espacios verdes.

Lo que busca este modelo es poner al peatón en el centro de la escena, es el verdadero protagonista de las calles. Luego los vehículos no motorizados, como bicicletas y monopatines. Para luego, los vehículos motorizados que son meros invitados, no protagonistas, de la trama urbana.

Todos estos cambios implican un sacrificio que como sociedad tenemos que estar dispuestos a enfrentar: “Queremos las calles con menos tránsito y contaminación, pero luego nos quejamos porque algunos recorridos en coche no son lineales, o no conseguimos sitio para aparcar tan fácilmente”.

La intervención de María fue primero en castellano, y luego para abrir el debate, la continuó en inglés. Gran parte de la charla giró en torno a la importancia de transformar grandes superficies de espacio público en espacios verdes: terrenos abandonados, galpones sin algún uso específico, espacios para aparcar coches y motos, entre otros. Lo curioso y remarcable de haberlo hecho en idioma extranjero fue la expresión: “green is sexy” en referencia a lo visualmente bello y estético que es un parque cubierto de verde césped, pero que, sin embargo, no siempre es posible poder contar con este tipo de espacios.

Actualmente, Barcelona, y casi toda Cataluña, enfrentan una crisis hídrica sin precedentes, los embalses están en mínimos históricos y las restricciones sobre el uso del agua afectan al campo, a la industria, al gobierno y a los particulares. Específicamente sobre espacios verdes, los mismos están siendo dejados de ser regados, por lo cual muchas áreas dejarán de contar con ese color tan excitante que a todos nos encanta. Como ciudadanos y ciudadanos de un mundo en plena transformación, ser conscientes del impacto de nuestras acciones y de cómo minimizar su posterior impacto en el medio ambiente es nuestra responsabilidad.

De Bélgica a Eslovenia: casos de éxito en transformación urbana

Este modelo de ciudad dónde se le da mayor prioridad al peatón, de manera similar o diferente, es imitado en otras latitudes, es el caso de Bruselas, Bélgica. Allí han reducido un 20% el tráfico de la principal autopista urbana, ofreciendo abono plano mensual a precio simbólico de €1 para menores de 25 y mayores de 60 años. Más cerca de la capital catalana, en París, se han construido más de 180 km de carriles exclusivos para bicicletas para ofrecer una alternativa real a la utilización del automóvil privado individual.

En Milán, Italia, han implementado el peaje urbano para reducir la cantidad de autos en el centro de la ciudad, y en Liubliana, capital de Eslovenia, se han embarcado, casualmente, en recuperar las costas del río que atraviesa la ciudad como grandes parques urbanos, y utilizar el mismo con líneas de transporte público fluvial.

Las ciudades del futuro: la clave las “3 C”

Se podría resumir el espíritu de la sesión con solo la repetición de una sola letra: la C. Con ella podemos incluir los indicadores principales para definir a las ciudades del futuro: Compact (Compactas), Connected (Conectadas) y Clean (Limpias).

En cuanto a “conectadas” es primordial ofrecer transporte público de masas de calidad y asequible, luego que existan redes eficientes y seguras que posibiliten el transporte activo no motorizado y mejorar la eficiencia logística urbana, muchas veces el llamado “transporte de última milla”.

La segunda arista está relacionada con el grado “compacto” de las ciudades. Es muy importante densificar los centros urbanos y crear barrios de usos mixtos, donde un mismo entorno convivan residencias, espacios de trabajo y de ocio. Esto está muy relacionado con el concepto de “ciudades de 15 minutos”: Pero también, con el desarrollo adyacente: los suburbios urbanos tienen que funcionar en conjunto y de manera armoniosa con la ciudad principal. No es realmente sostenible que el centro urbano funcione como ciudad de 15’ y no así el resto de la trama urbana. La siguiente figura compara la mancha urbana de la ciudad de Atlanta en EE.UU. vs la de Barcelona y como se interrelaciona con su red de transporte público. En ambos casos eran ciudades con una cantidad de población similar en 1990, pero que hoy ocupan espacios muy distintos.

Por último, sobre la limpieza, aquí se hace hincapié sobre la descarbonización de la producción de electricidad, la eficientización del uso de la electricidad, por ejemplo, cambiar el alumbrado público a sistema LED, y la prevención en la generación de residuos, y lógicamente, su posterior tratamiento de material reciclaje y reutilizable.

En conclusión, las ciudades del futuro se parecerán más a grandes espacios verdes a cielo abierto llenos de peatones, bicicletas y transporte público en detrimento de coches privados de uso individual y autopistas atascadas. Para que esto suceda, es crucial que exista una decisión política firme que atraviese partidos y mandatos, y que trabajen de manera mancomunada entre gobiernos municipales, provinciales y nacionales en coordinación con el sector privado y organizaciones no gubernamentales.

Sebastián Dalla Ba

Especialista en consumo masivo, comercio electrónico y tendencias urbanas.

 

Descargo de responsabilidad

La foto de portada de la nota corresponde a una representación digital creada a partir de inteligencia artificial:

La prevalencia del automóvil privado de uso individual y de grandes autopistas urbanas, con casi nula presencia de transporte público de masas, parece una visión equivocada de lo que se encamina a ser la ciudad de Barcelona, y otras que siguen su camino, en las próximas décadas.